Primera versión en Rebelión el 27 de abril de 2010
Otília Castellví y Silvia Mistral fueron dos mujeres más en aquella riada humana que en 1939 dejó su tierra catalana huyendo del fascismo. Eran muy jóvenes cuando vieron así rotos todos sus proyectos y pasaron a enriquecer la dolorosa nómina de los seres abandonados por su patria, los exiliados. Su periplo tiene puntos en común. Las dos conocieron los campos de concentración franceses y consiguieron después rehacer su vida en América. Las dos escribieron su experiencia. Dos editoriales han sido recientemente sensibles al interés de los libros en que la plasmaron. Acantilado ha puesto en 2008 en las librerías una versión castellana del texto de Otília Castellví, disponible en catalán desde hace años. De las checas de Barcelona a la Alemania nazi (veinte años de una vida) aparece con traducción de Roser Vilagrassa e incorpora un epílogo de Ulises Moulines Castellví. Icaria editorial, por su parte, acaba de recuperar en 2009 “Éxodo. Diario de una refugiada española”, de Silvia Mistral, que vio la luz en México en 1940 (Ediciones Minerva). La edición corre a cargo de José F. Colmeiro, que aporta un estudio sobre la obra y su autora, y recoge también el prólogo de León Felipe y las ilustraciones de Francisco Carmona de la edición original.
Otília Castellví, nacida en Gijón en 1907, era una modista del barrio de Gracia de Barcelona que en 1932 comenzó a colaborar con el Bloque Obrero y Campesino de Maurín (integrado desde 1935 en el POUM). Sus memorias recogen sus experiencias de militante obrera durante la abortada revolución del 34. Durante la guerra, conoce la represión estalinista y sus checas, y en enero de 1939 asiste a la entrada de los fascistas en Barcelona, de donde parte al exilio en Francia en agosto de ese mismo año. Internada en el tristemente célebre campo de concentración de Argelès sur Mer, es liberada después y sobrevive penosamente hasta que es detenida de nuevo en Dijon. Con la invasión alemana (estamos ya en 1940), los reclusos son evacuados en los vehículos de un circo y aprovecha para escaparse. Resulta sorprendente, pero su existencia atribulada y errante mejora notablemente cuando ese mismo año y en compañía del que después sería su marido, Linus Moulines, decide probar fortuna en Alemania. En ese país trabaja varios años como dependienta y modista y su relato nos describe la vida bajo el régimen nazi, marcada en su caso por un contraste notable entre la brutalidad de una represión que se adivinaba y el trato mucho más humano por parte de la población que el que habían recibido en Francia. Otília padece además en esta época una penosa enfermedad de la que tarda en recuperarse. En 1943 se casa en Darmstadt con Linus, y en Kinheim, un pueblo del Mosela, presencian el fin de la guerra y la llegada de las tropas americanas. Los Moulines se presentan entonces como prisioneros franceses y son repatriados, sobreviviendo de nuevo en condiciones penosas en París, Perpiñán y un pueblecito de los Alpes, hasta que en 1946 optan por emigrar a Venezuela. Allí conseguirían rehacer su vida. Con pasaporte venezolano, Otília regresó a Cataluña diez años después, y entre Barcelona y Canet de mar vivió hasta su fallecimiento en 2000. Su libro nos acerca a la experiencia cotidiana de una joven militante obrera forzada a vivir algunos de los eventos cruciales del siglo XX, y es un documento valioso y conmovedor.
Silvia Mistral es el seudónimo literario de Hortensia Blanch Pita, nacida en La Habana en 1914. Su juventud está marcada por exilios que llevan a su familia de España a América varias veces (su padre era anarquista), huyendo de las dictaduras de Primo de Rivera y Gerardo Machado. Con diecisiete años abandona los estudios y trabaja de analista químico en una fábrica, al tiempo que empieza a publicar artículos en la prensa, principalmente reseñas cinematográficas. En 1936 ingresa en la CNT.Éxodo contiene las anotaciones de su diario entre enero y julio de 1939 y nos describe en primer lugar la agonía de Cataluña, la huida hacia la frontera y su internamiento también en el campo de concentración de Argelès sur Mer. Liberada con otras compañeras, son recogidas en un villorrio de Provenza donde vigiladas y espiadas, “las rojas españolas” tienen como único aliciente breves paseos y excursiones, al igual que le había ocurrido a Otília Castellví en Francia. El 11 de junio embarca para América a bordo del Ipanema, que hace escala en Martinica y el 7 de julio fondea en el puerto de Veracruz. En México, Silvia Mistral publica también Madréporas en 1944 (Minerva) y sobrevive con trabajos periodísticos y de literatura rosa y juvenil hasta su fallecimiento en 2004 en la Ciudad de México. Éxodo, escrito en un lenguaje lírico y con frecuentes referencias literarias, es el testimonio de una mujer que, ante el absurdo de un mundo enloquecido, trata de transmitir su experiencia y recomponer con el arte de las palabras los fragmentos de su vida rota.
Los dos libros coinciden en señalar algunos aspectos importantes, como el maltrato recibido en Francia por muchos refugiados republicanos, que va de la hostilidad de las autoridades a la antipatía demasiado generalizada de las gentes del campo y las ciudades. La otra cara de la moneda, mostrada también en ambos casos, es la grandeza de una América que supo poner todo de su parte para mitigar el terrible problema creado. Estamos ante dos libros de sumo interés para acercarnos a la historia a través de la experiencia de algunas de sus protagonistas, que reflejan el drama de todo un pueblo.