Primera versión en Luke (marzo de 2007)
El californiano Jack London (1876-1916) conoció en su juventud todo tipo de trabajos y aventuras, que no excluyeron viajes por mar, con episodios de contrabando y otros al lado de la ley, la búsqueda de oro en el lejano Klondike o un breve paso por la cárcel por un delito de “vagabundeo”. La extensa obra literaria que construye después se nutre en gran parte de estas experiencias y desarrolla una filosofía vitalista profundamente atractiva que, unida a su talento de narrador, le llevó a la fama y le permitió convertirse en el primer autor americano que consiguió amasar una gran fortuna con sus escritos. No obstante, sus gastos siempre sobrepasaron sus ingresos y nunca se vio libre de la urgencia de publicar. Jack London es autor también de varias novelas que se pueden considerar de ciencia ficción o de anticipación, y entre estas sobresale El talón de hierro, escrita hace casi exactamente un siglo y en la que se propuso el arriesgado empeño de predecir los grandes hechos históricos del siglo que entonces comenzaba. Sus convicciones y su formación socialista, su conocimiento de la historia y su fértil imaginación se dan la mano para construir un relato que hoy día, a toro pasado, resulta extraordinariamente interesante. Si bien las cosas no ocurrieron tal y como él las predijo, y no se podía esperar que fuera de otra forma, sí tienen la suficiente proximidad con lo sucedido como para brindar una lectura realmente sugestiva.
La novela presenta el relato de una mujer, Avis Cunningham, una joven de la alta sociedad americana, cuya vida se transforma al enamorarse de Ernesto Everhard, un líder revolucionario, y convertirse ella misma en activista. Esta mujer es testigo de las mayores conmociones del comienzo del siglo XX y nos las va describiendo hasta que su relato se ve bruscamente interrumpido. La novela se completa con las notas añadidas varios siglos después por Anthony Meredith, editor del manuscrito, que comenta los acontecimientos históricos que Avis va narrando.
Los primeros capítulos nos cuentan el enamoramiento de Avis, que ocurre paralelamente a su toma de conciencia política, y constituyen en realidad una lúcida y amena presentación de las ideas políticas del propio London. Ernesto Everhard es un intelectual activista, pletórico de fuerza y argumentos que nos lleva fácilmente a identificarnos con aquel movimiento socialista que luchaba a principios del siglo XX por la emancipación de la clase trabajadora de la miseria extrema a que estaba sometida. En esta parte del libro, todos los engranajes del sistema opresor (legales, jurídicos, ideológicos, intelectuales, policiales…) son analizados y mostrados certeramente en su inhumana realidad. Seducida a la vez por el revolucionario y la revolución, Avis une su destino al de Ernesto y ambos comienzan una pequeña historia común mientras la gran historia sigue su curso implacable.
La guerra entre potencias imperialistas era una sombra amenazante cuando el libro se escribió, hacia 1906. London nos describe cómo esta inminente conflagración, que él presenta entre Alemania y los Estados Unidos, es abortada por una huelga general que paraliza los dos países. Sabemos que esta huelga fue el gran objetivo que el movimiento socialista se propuso para impedir la guerra, e incluso puede hallarse una fascinante visión literaria de estos empeños en novelas como Los Thibault de Roger Martin du Gard, pero sabemos también que la estrategia tristemente no tuvo éxito. La Gran Guerra y la Revolución rusa que la sigue marcaron la historia del siglo XX y están ausentes en la novela de London; sin embargo esto no debe descorazonarnos porque lo esencial de la lucha social entablada seguía de todas formas, y el relato nos guarda bastantes sorpresas.
En la novela, tras la gran huelga general, la revolución triunfa, aunque no en Rusia, sino en Alemania. En los Estados Unidos, la lucha social se radicaliza y los poderes económicos desarrollan una estrategia que resulta bastante eficaz: compran a los sindicatos mas importantes (ferrocarriles, acero y metalúrgicos…) e imponen una férrea tiranía que resulta una genial anticipación del fascismo, “el Talón de hierro”. La oligarquía, aliada a grupos de trabajadores privilegiados, asume todo el poder mientras amplios sectores de la población caen en la miseria más extrema y pasan a conformar una masa de esclavos, el “Pueblo del abismo”. La historia que se desarrolla después es la lucha entre un movimiento socialista clandestino y el poder, jalonada por las sucesivas rebeliones de los esclavos.
La primera de estas revueltas constituye la parte final del relato de Avis y es la denominada “Comuna de Chicago”, en la que la población trabajadora de esta ciudad es exterminada en una lucha apocalíptica entre rascacielos destruidos que nos hacen recordar lo que ocurrió el 11 de setiembre de 2001 en Nueva York. Después, Ernesto es asesinado durante la preparación de la segunda revuelta, y aquí es donde el relato de Avis se ve bruscamente interrumpido. Las notas finales nos hablan del fracaso de esta segunda intentona y de la continuación de la lucha en varios siglos de dominio del Talón de Hierro, hasta que este es por fin derrotado y se establece un gobierno denominado “Fraternidad del hombre”.
Aunque nos describe un mundo que en sus detalles no es el nuestro, muchos rasgos generales nos resultan sin embargo muy próximos. Por ejemplo, la extrema polarización social que el libro describe es la que hallamos en nuestros días a escala planetaria. El férreo poder de una oligarquía mundial es también el que vemos aquí, y sus métodos no difieren demasiado, aunque algunos mecanismos de adoctrinamiento que Jack London no pudo adivinar, como la televisión, resultan hoy enormemente valiosos para el control de las masas. Aparte de esto, el relato nos enriquece con términos expresivos (Talón de hierro, Pueblo del abismo…) que se ajustan perfectamente a la realidad que vivimos.
Partiendo de los salones aristocráticos en los que Avis Cunningham vivió su juventud, la novela nos lleva hasta el escenario dantesco de la Comuna de Chicago en un viaje temporal que es a la vez una toma de conciencia sobre la realidad del mundo y una investigación sobre los poderes que siembran en él la desolación. Leída como un relato de gran interés, la obra provoca al mismo tiempo una reflexión que enriquece nuestra visión de la sociedad en que vivimos.
En la actualidad, un par de editoriales españolas ofrecen en su catálogo El talón de hierro en una excelente versión castellana de María Ruipérez: Endymion (Madrid), en edición de 1997 e Hiru (Hondarribia) en otra de 2003. La edición de Hiru va acompañada además de un esclarecedor prólogo de Howard Zinn.