Primera versión en Rebelión el 4 de septiembre de 2024
Plomo y Olvido. Milicianos en el frente de Gipuzkoa, recién editado por la Fundación Anselmo Lorenzo, viene con un prefacio de dos componentes del grupo de trabajo autor del libro en el que se señala a otro miembro de éste, Joserra Sousa Lebaniegos, como el principal impulsor y ejecutor de las labores que se materializan en la obra, orientadas a rescatar del olvido la heroica lucha de los milicianos vascos en diversos frentes de los montes guipuzcoanos durante la guerra civil. La reconstrucción del desarrollo de los acontecimientos en esta región pone de manifiesto la habilidad táctica y el coraje de los militantes de sindicatos y partidos que fueron los primeros en resistir la acometida fascista en el otoño de 1936 y al fin debieron retroceder ante fuerzas muy superiores.
Completando la crónica de las operaciones bélicas en Guipúzcoa
A finales de julio de 1936, desbaratada en unos días la rebelión del donostiarra cuartel de Loyola por fuerzas leales, la totalidad de la provincia de Guipúzcoa quedó en manos de la República. La situación se estabilizó así unas semanas, con la cornisa cantábrica fiel al gobierno de Madrid y Navarra como bastión de los sublevados. El principal objetivo de éstos era entonces lograr avanzar hasta el mar, con la toma de Irún, e interrumpir las comunicaciones con Francia de los republicanos. La conocida como batalla de Irún se prolongó todo el mes de agosto, hasta que el 4 de septiembre la estratégica ciudad, en cuya defensa destacaron mineros asturianos y milicianos anarquistas y nacionalistas vascos, cayó en manos de las fuerzas de Emilio Mola. Una semana después ocurría lo mismo con la cercana San Sebastián.
En aquel momento, la provincia de Guipúzcoa se daba por perdida por parte de los republicanos y la población huía hacia la vecina Vizcaya. Sin embargo, el territorio guipuzcoano va a ser defendido corajudamente varias semanas en una serie de batallas y combates que hasta ahora eran mal conocidos. La gran aportación de Plomo y olvido es precisamente la construcción de una crónica minuciosa de estas operaciones, para lo cual ha sido necesario un ingente trabajo de campo en busca de indicios y también otro, no menos laborioso, de recopilación de documentos y testimonios.
A lo largo de aquel terrible mes de septiembre, las posiciones leales se desmoronan, pero algunas resisten. Mapas detallados describen los enfrentamientos principales, en los que vemos luchar, codo con codo, a libertarios, socialistas, republicanos, nacionalistas vascos y comunistas, con guardias civiles y de asalto que permanecieron fieles a la República. Contra ellos arremetía una tropa, no menos abigarrada, de militares de carrera, requetés y falangistas, en la que no faltan miembros de la nobleza, como Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, muerto en combate el día 27 cerca de Éibar.
En ocasiones, las operaciones alcanzan dimensiones de auténticas batallas, como en la ofensiva facciosa que, superior en efectivos, logra tomar el alto de San Miguel el día 25. Pocos días después un intento de reconquistar el santuario de Arrate por parte de los republicanos se salda con un fracaso y deja la villa de Éibar a merced de los franquistas, aunque resistirá todavía muchos meses. En octubre, el frente va a quedar estabilizado de momento, con la mayor parte de Guipúzcoa ocupada. A partir de entonces, el libro da noticia de algunos combates que se producen en los últimos focos de resistencia, así como de la construcción por el ejército de Euzkadi de una línea defensiva con edificaciones de hormigón, alambradas y nidos de ametralladoras, que se mantendrá hasta junio de 1937. Su trazado iba desde Lequeitio en la costa, hasta Marquina y Éibar.
Dos apéndices recogen los datos de los combatientes de los dos bandos que perdieron la vida en el frente de San Miguel-Arrate-Marquina entre el 21 de septiembre y el 21 de octubre de 1936, y en otro se muestra la localización precisa de las posiciones, su fecha de ocupación y la filiación de las fuerzas presentes. Se reproducen además a lo largo de toda la obra fotografías y documentos, y se aporta información interesante sobre el armamento y la munición utilizadas, que pone de manifiesto la superioridad de que gozaban los sublevados.
Un deber de memoria y justicia
La inmensa bibliografía existente sobre la Guerra Civil española deja entrever aún escenarios mal conocidos que por fortuna van siendo iluminados gracias al esfuerzo de investigadores como Joserra Sousa Lebaniegos y sus colegas del grupo de trabajo “Memoria Histórica CNT Gipuzkoa”. Las primeras operaciones facciosas sobre el sector más oriental del frente norte habían sido estudiadas en los escenarios de Irún, Donosti y unos pocos más, pero no lo había sido en detalle, sin embargo, la heroica resistencia de las fuerzas leales en los montes guipuzcoanos durante los meses de septiembre y octubre de 1936. Los años de trabajo dedicados a recorrer el territorio y a visitar archivos y escudriñar documentos fructifican al fin enun volumen imprescindible para preservar la memoria de aquella gesta.
Sorprende en la lectura de este libro comprobar la alianza fraterna de muy diversas fuerzas contra el monstruo que levantaba la cabeza. Milicianos de todos los sindicatos y partidos democráticos, y miembros de los cuerpos policiales que no faltaron a su juramento, todos a una acudieron y sobre la marcha se organizaron, colaboraron y dieron lo mejor de sí mismos. Sin embargo, el heroísmo que derrocharon no fue suficiente contra una superioridad en efectivos y armamento que resultaba aplastante. La lucha contra el fascismo sólo comenzaba por entonces en todo el mundo y era ciertamente desigual.
Plomo y Olvido reconstruye los detalles de unas operaciones bélicas mal conocidas y cumple además un deber de memoria y justicia recuperando los nombres de muchos que perdieron la vida en aquel combate por la libertad de todos.