Primera versión en Rebelión el 22 de noviembre de 2011
Marzo de 1942. En Eslovaquia, los nazis comienzan a capturar judíos. El rabino Michael Dov-Ver Weissmandel, miembro del Agudas, un movimiento judío ortodoxo, piensa en utilizar un arma que hasta entonces se había demostrado útil contra el antisemitismo: el soborno. De hecho, en este caso Weissmandel consigue buenos resultados y a cambio de 50000 dólares, los nazis “se olvidan” de momento de 30000 judíos. A comienzos de 1943, tras el desastre de Stalingrado, algunos jerarcas nazis empiezan a pensar que los judíos les pueden ser más valiosos vivos que muertos y envían a Weissmandel una proposición: por dos millones de dólares podrían “renunciar” a todos los judíos de Europa occidental y los Balcanes. Weissmandel trata entonces de conseguir ese dinero de las organizaciones sionistas suizas. La respuesta es desoladora. Saly Mayer, un industrial responsable en Zúrich de las finanzas sionistas, rehúsa darle siquiera una cantidad inicial para poner a prueba la oferta. Por su parte, Nathan Schwalb, representante en Suiza de las juventudes sionistas laboristas, le envía una carta en la que justifica la negativa con una frase terrible: “Sólo con sangre conseguiremos la tierra”.
Leyendo Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores de Lenni Brenner (Bósforo libros, 2010, traducción de Luis César Bou), vemos como historias de este cariz se multiplican en un relato riguroso y pleno de documentación que al fin dibuja un retrato en el que poco reconocemos de la imagen edulcorada que su poderosa propaganda nos presenta habitualmente del sionismo. Es el rostro de una ideología racista que coquetea con el antisemitismo desde su nacimiento y que en la época en que Europa sucumbe bajo el fascismo, no duda en muchos casos en buscar la cooperación de este para conseguir sus objetivos. Los datos biográficos que se aportan de personajes esenciales del sionismo, como Zeev Jabotinsky o Manahem Begin, resultan esclarecedores en este sentido. El libro es también muy cuidadoso a la hora de mencionar la oposición que existió en otros sectores del sionismo hacia estas políticas colaboracionistas. Al final entendemos que los sionistas han sido siempre, más que ninguna otra cosa, hombres dominados por una obsesión, la transformación de Palestina en un estado sionista. Todo lo demás, incluidos asesinatos, terrorismo o persecuciones, son valorados por ellos sobre todo en función de esta obsesión, demente y genocida en sí misma.
Lenni Brenner, trotskista americano nacido en 1937 en una familia judía ortodoxa, es conocido por su implicación en los movimientos por los derechos de las minorías y contra la guerra de Vietnam. Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores, publicado en su versión original inglesa en 1983, ha sido traducido a más de diez idiomas y es considerado un estudio fundamental sobre una cuestión crucial en la historia del siglo XX que hasta ese momento había recibido un tratamiento escaso y parcial.
Tras un viaje a Palestina, Sergio Pérez Pariente, sintió la necesidad de dar a conocer de alguna forma la realidad que había vivido. A él debemos la fundación de Bósforo libros, una editorial que con la presentación al público hispanohablante de obras como Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores contribuye inestimablemente a desmontar el mito sionista y desnudarnos las claves de un genocidio que continúa implacable día tras día.